El pergamino
Según la tradición, se atribuye a la biblioteca del rey de Pérgamo al mérito de haber convertido en uso público la utilización del pergamino como soporte de escritura.
Para su utilización los pergaminos se purgaban introduciéndolos durante unos días en cal y mientras era flexible, se afeitaba por las dos partes para eliminar la grasa y quitarle las manchas, después se pulía con piedra pómez para alisarlo y se reducía al tamaño deseado. El pergamino destinado a los códices era más fino y pulido, dado que se utilizaba por los dos lados, mientras que el de los documentos se pulía sólo por un lado.
Los romanos acostumbraron a teñir los pergaminos de amarillo o de rojo, aparentemente porque su blancura se ensuciaba fácilmente. Para los códices de lujo se utilizó el color púrpura, con escritura de oro y plata, el más famoso fue el Codex argenteus, llamado de Ulfila, porque representaba los Evangelios traducidos a lengua gótica por el obispo Ulfila, escritos con letras de plata de forma uncial.
Entre los tintes dados al pergamino en la época humanística ocupó el primer lugar la púrpura, mientras que los casos de pergamino coloreados con azafrán o en negro fueron muy raros o limitados. En la Alta Edad Media sé re utilizaba frecuentemente los pergaminos ya escritos para nuevos códices. Con este fin se borraba la escritura sumergiéndolos en leche y restregándolos con piedra pómez, son los llamados palimpsestos o codices rescripti..
Se borraban igualmente textos profanos y sagrados, ya que a menudo estaban estropeados, mutilados o fuera de uso por su antigüedad. Hubo manuscritos reescritos dos o más veces. Más tarde se consolidó también la costumbre de utilizar el pergamino solamente para las actas de ciertas autoridades, como Papas o altos funcionarios.
Historia

Con el tiempo, el papiro como soporte escriturario fue sustituido por un nuevo material que presentaba diversas ventajas en comparación: el pergamino. Este cambio se produjo primero en el campo de la producción literaria, para después, pasar al documental y difundirse por completo durante los tiempos medievales. Sin embargo, es necesario apuntar que el uso del pergamino no fue algo novedoso, ni mucho menos. Ya en el II Milenio antes de Cristo, tenemos constancia del primer escrito sagrado sobre pergamino, unos rollos de cuero que contenían un tratado de matemáticas y de leyes de la corte del Visir en Karnak, Egipto.
En el siglo I a.C, Varrón refería el comienzo del uso del pergamino a la corte de Atalo I, quien fundó una biblioteca en Pérgamo. Al rivalizar dicha biblioteca con la de Alejandría, el rey de Egipto decidió dejar de suministrar papiro a Pérgamo, lo que forzó a los atálidas a tener que buscar otro soporte, en este caso, el pergamino. Seguramente, Pérgamo no creó el pergamino, pero sí es posible que pudiese perfeccionar el proceso de fabricación, siendo en opinión del especialista Giorgio Cencetti esta ciudad el primer centro de difusión del pergamino (conocido por entonces como "membrana").
El uso de los pergaminos en el Antigüedad Clásica fue muy restringido. Autores como Virgilio, Lucano, Ovidio o Cicerón hacen referencia al pergamino de manera directa o indirecta. En el caso de Ulpiano, una larga disertación en su "Digesto" muestra que el uso del pergamino era habitual para la confección de libros. Sin embargo, el pergamino no hallará su expansión definitiva hasta el siglo IV d.C. Códices íntegros o fragmentos apreciables de la Biblia fueron realizados ya sobre pergamino. Con el tiempo, el papiro irá quedando reducido a manuscritos menos lujosos y más económicos. De hecho, es relevante para considerar la importancia del cambio del papiro al pergamino la labor de los monjes amanuenses. Prueba de ello fue el trabajo de los monjes Euzoio, Acacio y Cesárea transcribieron bibliotecas enteras de papiro al pergamino, lo que nos ha permitido hoy día contar con información valiosa de aquellos tiempos y anteriores.
En Italia, el Edicto de Rotario (643 d.C) fue realizado por completo en pergamino, según las noticias que nos han llegado. El ejemplar más antiguo conservado en Italia está datado en el año 716 d.C, custodiado en el Archivo de Estado de Milán. En Francia otros documentos en pergamino arrancan de una cronología del año 670-671 d.C. En Inglaterra, los documentos más antiguos encontrados son diplomas regios datados entre los años 679 d.C y 682 d.C. En España y Alemania, la horquilla temporal que encontramos abarca entre los siglos VIII y IX d.C si queremos encontrar ejemplares antiguos y primigenios de pergamino.

Seguramente, durante el período bajo medieval, el papel, que comenzaba a difundirse por Europa, era aún considerado un soporte menor en comparación con el pergamino, ya que se le achacaban dos defectos principales: poca resistencia y perecedero. Dichos defectos no se veían en el pergamino, dotado de una mayor durabilidad y resistencia a los efectos medioambientales. Pero, de la misma manera que ocurrió con el papiro, el pergamino irá siendo gradualmente sustituido por el papel, que dispondrá de mayores ventajas, algunas de las cuales radicaban en su ligereza, su fácil transporte y almacenaje, aparte de que en la nobleza de siglos postreros (siglos XV y XVI), hará uso del nuevo soporte.