viernes, 15 de julio de 2011

 La Encuadernacion (parte 3)

 

La encuadernación durante el Barroco y el Rococó


Estilo Barroco
Esta época se caracteriza por la aparición del Barroco, movimiento cultural que triunfa en Europa en el periodo 1600-1750. Surge como reacción a la mesura renacentista y se caracteriza, sobre todo, por el abigarramiento ornamental, su cuidada ejecución y la profusa riqueza iconográfica.
La encuadernación es recargadísima, con hierros pequeños que se prestan a todo tipo de composiciones.
El estilo más empleado en España es el de abanicos, que coexiste con sencillas encuadernaciones de recuadros y borduras que encierran óvalos, florones y superlibris heráldico en el centro. Conforme avanza el siglo aparecen las encuadernaciones que coinciden con el barroco decorativo arquitectónico, y aunque conocidas por "encuadernación barroca cuajada" es mejor denominarlas "barroco pleno" o "barroco decorativo".
Estas encuadernaciones llenan todo el espacio de las tapas a base de movida decoración logradas con hierros curvos y contracurvos dibujando volutas y motivos vegetales diversos. En el centro un abanico circular, en los ángulos cuartos de abanicos, formados por hierros que imitan varillas, repetidos radialmente. Alrededor del abanico se disponen filas de hierros con diversos motivos

 

Encuadernación Neoclásica



La etapa anterior finaliza con el Neoclasisismo, movimiento originario de Inglaterra que se caracteriza por su la búsqueda de la armonía, el equilibrio estético y la sencillez, frente a los excesos del rococó.
En esta línea, las encuadernaciones se enriquecen y simplifican al mismo tiempo: las tapas se decoran con orlas y llevan el espacio central vacío, los florones y rocallas se sustituyen por motivos clásicos grecorromanos, y la estructura de la decoración se concentra en los lomos, que se ornamentan con hierros sueltos.
Es una época de gran monotonía, sólo interrumpida por las pastas valencianas teñidas de vivos colores.



Estilo NeoclásicoEstilo Romántico y Modernista


A lo largo del siglo XIX la moda romántica se dejó sentir en el arte de encuadernar.
Su decoración consiste en varios filetes paralelos que se unen a las planchas de los ángulos y enmarcan un motivo central, a veces de tipo oriental. Durante esta etapa, se crean las encuadernaciones interpretativas o cubiertas parlantes, donde aparecen representados motivos alusivos o escenas sacadas del contenido del texto. Finalmente, se hace más sencillo y a finales de siglo la decoración termina por circunscribirse al lomo.
El estilo Modernista triunfa a fines del siglo XIX y, sobre todo, a principios del XX, caracterizado por el empleo en todas las artes plásticas de las líneas curvas, largas y sinuosas, ornamentada con motivos vegetales, zoomorfos y fantásticos. En éste estilo destacan los anagramas estilizados, los dibujos neogóticos y un nuevo género en auge: los álbumes de fotografía. En las tapas los colores son puros y se juega con las texturas, el relieve, las ilustraciones y los estampados .

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